Mujer al volante
La experiencia de comprar un coche es muy diferente para una persona que para otra, pero sobre todo si éstas, independientemente de su presupuesto y edad, son de diferente género.
Comprar un coche para las mujeres definitivamente no tiene la misma carga ni importancia cultural que para los hombres y hoy les quiero hablar de eso a través de mi experiencia. Sí, es algo que se aprende y que por ende se puede cambiar, sin embargo la realidad es que el interés de las mujeres por los automóviles tiene otra perspectiva.
La última vez que me enfrente a la necesidad de comprar un coche -¿Checaron bien que dije “necesidad” y no “gusto”?- fue porque el mío ya empezaba a dar mucha lata y justo lo que yo quería era dejar de preocuparme de hacer reparaciones e ir al mecánico –este tema del mecánico luego lo comentaré-, así que sin importar si la compra de un auto nuevo resultaba a la larga más caro, en cuestión de tiempo me resultaba más económico.
Y es que a las mujeres si hay algo que nos gana es la practicidad y más cuando se trata de autos. Ciertamente nos importa que nuestros coches tengan mucha potencia y sean súper rápidos, mejor si tiene los gadgets de última generación o utilizan energías alternativas que son más amigables con el medio ambiente; pero la verdad, nos centramos más en otras cosas como la seguridad, la comodidad, la practicidad, el diseño y la economicidad.
Y bien, ante la gama de posibilidades (marcas, modelos) y toda la información que los hombres cercanos te dicen que revises, la que por cierto es casi la misma que la de los anuncios, a mí, como a muchas de mis amigas, me ganó lo pragmático y lo bello.
Lo que de verdad me importó es que cumpliera con los estándares mínimos de seguridad (estabilidad, frenos ABS, cinturones de tres puntos en todas las plazas, bolsas de aire, sistema de retención infantil y estructura estable), tuviera un bajo costo de mantenimiento (rendimiento de gasolina, seguro, servicios, refacciones) y que fuera lo bastante compacto para poder estacionarlo en cualquier lugar; pero al mismo tiempo con el suficiente espacio interior como para que pudiéramos viajar cómodamente 5 personas, en caso de ser necesario y sobre todo, que mis rodillas en ninguna posición chocaran ni con el tablero ni con los asientos delanteros, ni que en el primer tope mi cabeza chocara con el techo.
Claro que el diseño es importante y el color más, pero estuve dispuesta a sacrificar alguna de estas características si a cambio podía contar con aire acondicionado y un sistema eléctrico que me diera la posibilidad de sentirme segura dentro de él. Lo que por cierto no fue necesario porque al final la línea y color de mi coche me encantaron.
En esa ocasión no importó mucho la cajuela, aunque siempre se agradece que sea amplia, sobre todo cuando se tienen bebés o infantes.
Una vez cubiertos mis principales deseos, debo de confesar que se me fue por completo checar lo de la potencia, de cualquier manera nunca he terminado de entender qué pasa con eso de los cilindros, los caballos de fuerza y el par motor, así que debo de decir que mi coche es bastante lerdo, de lo cual no me entero en la ciudad, a menos que haya una subida muy empinada, pero echo de menos más potencia y velocidad cuando me decido salir a carretera.
Así que sí, como ya lo comenté a mí me gano la practicidad y la verdad estoy muy contenta, lo interesante es que platicando con mis amigas, ellas también escogieron su respectivos autos sin tener muy en cuenta la parte mecánica ¿Será que confiamos en que está cubierta?.
Dicen que no existe un coche perfecto pero sí una decisión perfecta para una persona en un momento determinado y yo la verdad, creo que tome la adecuada.